El teléfono celular es una tecnología en constante evolución con vida útil de tres años en promedio, pero el usuario tiende a cambiarlo una vez por año. Se ha preguntado ¿adónde va a parar su celular viejo? ¿El daño que estos desechos tecnológicos le hacen a la Tierra?
El precio de una pasión
Paulino López es un joven empresario que se ha vuelto adicto a la tecnología por “razones de trabajo”. La palabra que lo describe mejor es ‘tecnólico’.
Reconocer a un tecnólico es fácil: llevan consigo dos o tres teléfonos celulares de última generación, su Palm Pilot, poseen una computadora portátil—de última generación, por supuesto—, y dos más de escritorio, una en la casa y otra en la oficina. Compra cualquier aparato nuevo que aparezca y desechan el anterior.
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